Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Cuando el señor Tempest fallece, las propiedades de la familia pasan a su hijo John, ilegítimo según las malas lenguas. El coronel Tempest, su despilfarrador
info
Cuando el señor Tempest fallece, las propiedades de la familia pasan a su hijo John, ilegítimo según las malas lenguas. El coronel Tempest, su despilfarrador hijo Archie y su hija Diana quedan excluidos de la herencia. Una noche, el resentido coronel, presa del estupor de la ebriedad, acepta participar en una apuesta: pagará diez mil libras si alguna vez consigue acceder a la herencia del señor Tempest. Cuando se da cuenta de que eso equivale a poner precio a la cabeza de John, ya es demasiado tarde: el joven heredero empieza a sufrir tentativas de asesinato. Por su parte, Diana, una mujer fuerte e independiente, afirma que no se casará nunca. Sin embargo, a medida que entabla una relación más cercana con John, sus sentimientos empiezan a cambiar... Mary Cholmondeley presenta en la que fuera su novela más célebre una historia de herencias, amor y matrimonio a la manera de una Jane Austen de principios del siglo XX, pero además introduce una subtrama policiaca al más puro estilo de Wilkie Collins o Henry James y una mordaz crítica social centrada en el mundo de la abogacía con tintes dickensianos.