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Adventus Domini, año 1067. Un espeso manto blanco cubre la ciudad deLeón. La reina Sancha, de cuerpo presente, espera en el presbiterio de la iglesia de San J
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Adventus Domini, año 1067. Un espeso manto blanco cubre la ciudad deLeón. La reina Sancha, de cuerpo presente, espera en el presbiterio de la iglesia de San Juan y San Pelayo, con un frío helador, para serllevada en hombros a San Juan Bautista donde, en presencia de sus tres hijos varones, los reyes de Galicia, de León y de Castilla, va a serinhumada en el Panteón. Pocos días después, un mercenario normando, de los muchos que habían atravesado los Pirineos con el ejército cruzado que conquistó Barbastro a los moros en 1064, se dirige, pausado, alomos de su caballo, hacia León, con toda la intención de convertirseen instrumento de los poderosos y de sus designios de dominación. Desu anterior libro «Reinos de Sangre es, quizás, una de las novelas que mejor ha conseguido narrar la épica gestación de los reinoscristianos de la Península, al reproducir fielmente el ambiente en que ésta se produjo. Por sus páginas entran y salen reyes y nobles,caballeros y prelados, mancebas y juglares, guerreros, monjes yabades, que conformarán una trama que discurre fiel a los terriblesacontecimientos históricos que